El increíble fallo que cometes al hacer pasta que horroriza a los italianos
La pasta es uno de los platos más populares en las cocinas españolas, pero no siempre las cocinamos correctamente
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Es un plato muy socorrido. Comida de estudiantes por excelencia y solución rápida para las comidas y cenas de tantos y tantos niños. La pasta es un plato universal que, cocinado en sus distintas modalidades, gusta a todos. Por ello, resulta sorprendente cómo, cuando vamos a Italia, volvemos sorprendidos con la diferencia con la pasta que se hace en España.
“Qué bien la hacen”, claman los compatriotas asombrados por la maestría que los transalpinos han alcanzado con uno de sus platos nacionales. Y es que son comunes algunos errores que todos cometemos al cocinar la pasta que, para el italiano medio, resultan incomprensibles. A continuación, te explicamos los más sonados para que, desde hoy, puedas impresionar a todos con tu habilidad cocinando pasta.
1. No tires el agua con el que cocinas la pasta, ¡aprovéchala!
Esta es una de las mayores desconocidas a la hora de cocinar cualquier plato de pasta. El agua con la que cocemos los macarrones, espaguetis y demás, es el mayor tesoro para los italianos a la hora de cocinar la pasta. Normalmente, acercamos la olla al colador y la vaciamos de agua para quedarnos con la pasta ya hecha.
La clave con el agua está en que contiene el almidón que la pasta ha ido soltando durante el cocinado. De esta forma, podemos aprovechar un poquito de esta agua, reservándola cuando ya esté al punto la pasta, para utilizarla en la salsa con la que acompañaremos el plato.
Tanto si le ponemos tomate, como si preparamos una carbonara (luego hablamos de esto) o simplemente le ponemos un chorrito de aceite, pasar la pasta por una sartén a fuego lento con la salsa elegida y verter un poco de esa agua que hemos guardado, hará que el plato mejore sustancialmente.
Lo que conseguimos es que, tras apenas un minuto del agua mezclada con la salsa, esta gane en cremosidad. Debemos mantenerla en la sartén hasta que deje de tener textura líquida (acuosa) y poco a poco vaya espesándose.
2. Pasta al dente significa pasta al dente
Una de las grandes diferencias entre la pasta que podemos probar en Italia y la que hacemos en España suele ser el punto. Se ha popularizado la expresión al dente para referirse a la pasta que no está demasiado blanda ni demasiado cruda, es decir, en el punto justo.
Este es un tema muy relativo y siempre encontraremos a la típica persona que jure y perjure que le gusta la pasta blanda. Pero como en este artículo queremos aconsejarte para que cocines la pasta como en Italia, debes tener en cuenta lo siguiente.
Hay que remover continuamente la pasta. Irremediablemente, para conocer cómo de al dente está, debemos probar lo que estamos cocinando (este es el mejor indicador). Si después de hacer la pasta vamos a pasarla por la sartén para mezclarla con una salsa, debemos tener en cuenta que la salsa cocinará un poco más los espaguetis, macarrones, etc. En este caso, es recomendable sacar la pasta de la olla un poco más dura de lo habitual y dejar que se termine de cocinar en la salsa.
Por último, un ‘truco’ muy de andar por casa es el de mirar la indicación que lleva la pasta en el paquete y no hacer caso. O lo que es lo mismo, si el paquete nos recomienda que la cocinemos durante 14 minutos, tenerla tan solo 10-12 y a partir de ahí ir ajustando.
3. Tan salada como el agua del mar
Como ya hemos visto, parte fundamental del cocinado de la pasta es el agua. Si eres de los que echa poca sal en el agua con la que vas a cocinar o directamente la echas una vez está la pasta hecha, déjalo. Es común la expresión, relativa al agua de la cocción, de que debe estar “tan salda como el agua del mar”.
Lo suyo es, en una olla grande, poner al menos dos o tres puñados generosos (dependiendo del tamaño de nuestras manos). Más adelante, cuando estemos preparando la salsa, también es recomendable añadir una pizca más a esta.
La sal que echamos en el agua le dará sabor a la pasta sin llegar a ‘matarla’ y, al juntarla con salsas que tienden a ser dulces (tomate, queso, etc.) es posible que pierda ese sabor de sal que ha ganado durante el cocinado. Si el médico te ha recomendado no tomar mucha sal por la tensión, no juegues. La pimienta y demás especies picantes puede ayudarte a darle un toque más de sabor.
4. Si lleva nata, no lo llames carbonara
Una de las grandes polémicas. El tema de las salsas es casi tan amplio (o más) que el de las decenas de tipos de pastas que existen. La carbonara es una de las más populares y en España tiene una peculiaridad que horroriza a los italianos que la descubren: cocinamos con nata.
En defensa de los cocineros patrios, diremos que no hay que ser un integrista de la pasta y esta, cocinada con nata y debidamente especiada, puede ser un plato muy sabroso. Ahora bien, tienen razón en que eso no es una carbonara.
La carbonara de verdad se realiza con una mezcla entre queso, que puede ir ser tanto pecorino romano (receta original), como parmesano o grana padano, con yemas de huevo. El resumen rápido sería batir dos yemas con un huevo entero, juntarlo con 100 gramos de queso hasta conseguir una masa pastosa y, en una sartén juntarla a la pasta ya cocinada sobre la que vertemos parte del agua con el que la hemos cocinado.
A continuación, les ofrecemos un vídeo para saber cómo llevar a cabo esta sencilla receta debidamente:
5. Cuál comprar, cuidado con la pasta fresca
Por último, y sin entrar en marcas concretas, algunos consejos para comprar pasta en el supermercado. La pasta fresca que hay en los frigoríficos, no es pasta fresca. Lleva fecha de caducidad y lo cierto es que aguanta bastantes días en la nevera. Si quiere pasta fresca hágala usted mismo.
Las marcas blancas son baratas, pero tienen un punto de cocinado más rápido. Cuando las hacemos siguiendo las indicaciones del paquete debemos tener en cuenta que, en realidad van estar listas mucho antes, y que va a ser difícil que lleguen a estar al dente.
Sobre las marcas italianas, lo cierto es que, las que llegan a España son buenas. No hace falta irse a pastas más ‘Premium’ para comer un buen plato, pero sí que compensa gastar un poco más de dinero en un plato que, al final hará que toda la familia disfrutemos de una gran comida.