Badosa supera su debut en Miami; Carballés se cita con Medvedev

La española Paula Badosa pudo imponerse en su debut en el Miami Open ante la veterana alemana Laura Siegemund, de 35 años, en tres sets por 7-6 (2), 4-6 y 6-2, en un encuentro marcado por las imprecisiones de ambas tenistas.

Badosa, número 29 del ránking mundial, se medirá en la próxima ronda con la ganadora del duelo entre la kazaja Elena Rybakina (n.7), con la que perdió en Indian Wells, o la rusa Anna Kalinskaya.

Carballés avanzó a la segunda ronda de Miami

El español Roberto Carballés ganó el duelo español contra Bernabé Zapata, que se retiró por lesión en el segundo parcial, y se citó con el ruso Daniil Medvedev en la segunda ronda del Masters 1.000 de tenis de Miami, en una jornada en la que el chileno Cristian Garín avanzó para verse las caras con el argentino Sebastián Báez.

Pedro Martínez cae en dos sets

El valenciano Pedro Martínez no pudo ante el francés Quentin Halys, que mejoró su participación en Indian Wells, donde cayó en primera ronda. Los más de cuarenta puestos de distancia en el ranking se hicieron notar desde el primer momento.

El galo logró romper el servicio de un Martínez que tan solo pudo anotar dos puntos en los tres primeros juegos. Halys se distanció rápido y cerró el primer set en 6-2. Subió su nivel Pedro Martínez en el segundo set, asegurando su saque, pero sin conseguir romper el servicio rival. Se llegó al desempate, donde Halys fue superior y sentenció con un 7-4.

Munar no puede ante Kovacevic

El duelo entre el balear Jaume Munar y el norteamericano Aleksandar Kovecevic se resolvió en tres sets. La igualdad marcó el primero, sin ninguno de los dos tenistas cediendo en su saque y decidiendo en el tie-break, que se llevó el local por 7-4.

Supo reaccionar Munar que rompió hasta en dos ocasiones el saque de su rival y con 5-1 ya acariciaba un set que terminó por llevarse en 6-2.

El tercer set fue una exhibición de tenis de Kovacevic, que se impuso por 6-1 ganando todos sus juegos sin perder más de un punto, Munar no pudo levantar uno hasta el sexto, cuando ya parecía demasiado tarde.