Jugará la final en Río

Alcaraz: "No pienso en ser el relevo de nadie ni en ser el jugador que la gente quiere ver después del Big 3"

"Simplemente quiero ser quien soy y seguir haciendo lo que vengo haciendo, que es transmitir felicidad al tenis", apuntó el tenista murciano.

Carlos Alcaraz

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El español Carlos Alcaraz, número dos del mundo y que este sábado avanzó a la final del Abierto de Río de Janeiro tras imponerse al chileno Nicolás Jarry, afirmó que no piensa en ser el relevo de ninguno de los actuales tenistas ídolos en el mundo y tan solo piensa en transmitir felicidad.

Alcaraz, que disputará el domingo la final del único torneo ATP 500 de Sudamérica una semana después de haber conquistado el título en el Abierto de Argentina, descartó que esté alistándose para convertirse en el sucesor de los tres tenistas que dominaron y dominan el circuito en los últimos años: el serbio Novak Djokovic, el español Rafael Nadal y el suizo Róger Federer.

"No pienso en ser el relevo de nadie ni en ser el jugador que la gente quiere ver después del Big 3. Simplemente quiero ser quien soy y seguir haciendo lo que vengo haciendo, que es transmitir felicidad al tenis, que es mi manera de ser y no la voy a cambiar", afirmó el vigente campeón del Abierto de Estados Unidos en rueda de prensa.

"No sé si estoy preparado o no (para asumir como nuevo ídolo mundial). Yo simplemente voy a los torneos a transmitir buena vibra. Creo que transmito eso por mi manera de ser, por mi manera de jugar. Creo que la gente quiere ver eso en la pista de tenis: alegría y golpes increíbles. Y esa es mi manera de jugar", agregó.

El murciano de 19 años fue desbancado del primer lugar en el ránking de la ATP por Djokovic debido a que una lesión le impidió disputar los torneos de inicio del año pero, pero desde que volvió al circuito hace dos semanas, conquistó el título del Abierto de Argentina el domingo y llegó a la final en Río de Janeiro.

De vencer en Brasil sumará los mismos puntos que Djokovic en la clasificación internacional de la ATP pero continuará apareciendo como segundo por tener menos títulos en Grand Slams, algo que dice que no le obsesiona.

"La verdad no lo pienso. Claro que es un objetivo (volver a ser el número uno) pero no me meto esa presión de decir que tengo que ganar el torneo para seguir avanzando y estar mas cerca de Novak. Voy partido tras partido intentado mostrar buen nivel cada día y si sigo con esta dinámica me voy a acercar pero no es algo que esté pensando día a día", afirmó.

Sobre su rival en la final del domingo, el británico Cameron Norrie, 13 del mundo y segundo favorito en Brasil, recordó que ya lo venció el domingo pasado en la final del Abierto de Argentina.

"En Buenos Aires gané en dos sets. Creo que no voy a hacer algo diferente. Voy a hacer lo mismo. Creo que él si va a salir a hacer algo diferente, que es algo que tengo que hablar con mi entrenador. Intentaré hacer lo mismo que hice en Buenos Aires y veremos a ver qué pasa", dijo.

En cuanto a Jarry, al que venció por 6-7 (2), 7-5 y 6-0 en un durísimo duelo en semifinales de casi tres horas en que tuvo que remontar, afirmó que lo sorprendió por su potencia.

"Me impresionó su gran estilo. La verdad es que tiene una potencia de tiro increíble, un saque espectacular, una derecha increíble y un revés muy bueno. Al final tiene unos golpes para desbordar a cualquier jugador y es muy duro competir con él", dijo.

Afirmó que el chileno estaba en lo alto del ránking antes de tener que cumplir una suspensión de once meses por dopaje y que ahora que ha regresado está demostrando estar en un gran nivel.

"Hoy ha demostrado el gran estilo que tiene, el gran jugador que es, lo peligroso que es. Dentro de poco lo tendremos dando guerra en los grandes torneos", afirmó.

Alcaraz descartó que la molestia que sintió en la segunda manga y por la que tuvo que ser sometido a un masaje fuera algo grave.

"Es una de esas molestias con la que los tenistas convivimos. Al final llevo 14 días sin parar ni un día y eso pasa factura. Pero nada más allá de lo habitual. Somos tenistas y tenemos un calendario súper exigente, partidos durísimos día tras día y al final van saliendo molestias. Pero esto es algo con lo que aprendemos a convivir. No es que estuviera mal (que pidió el masaje) sino que quería evitar graves problemas", concluyó.

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