Las lluvias esconden bajo las aguas de un embalse de Soria un puente romano en peligro de derrumbe

El puente romano de Vinuesa se esconde bajos las aguas del pantano de la Cuerda del Pozo. Ahora hace un año era completamente visible a los ojos de sus paisanos y de todos los visitantes que acudían a este municipio soriano de la comarca de Pinares.

El puente aparece y desaparece a merced de la climatología. En años de sequía y con el embalse en sus niveles más bajos, se puede disfrutar de la estampa única que ofrece esta construcción que data del siglo I d.C.

Su estado de deterioro es más que avanzado, se encuentra derruido en gran parte y los vecinos y el Ayuntamiento de Vinuesa temen que en cualquier momento “la estructura colapse y se caiga”, según ha expresado en COPE Soria el alcalde, Juan Ramón Soria.

“Se han caído las estructuras de presión, un arco, varias filas de la arquería, la parte superior del puente”, relata Soria que insiste en que "toda la estructura que sostiene el puente se está lavando día a día" y temen que cuando el nivel del embalse descienda pueda confirmarse su mayor temor.

El puente romano de Vinuesa lleva años esperando a su rehabilitación. Es propiedad de la Confederación Hidrográfica del Duero y por lo tanto es el Ministerio de Cultura quien debe aprobar la declaración de Bien de Interés Cultural preceptiva para poder actuar sobre él.

El consistorio del municipio, de la mano de la asociación “Salvemos el puente de Vinuesa” lleva años peleando para que se agilice la tramitación, pero las administraciones se han ido pasando la pelota sin que hasta la fecha haya habido avance alguno.

Hace más de un año se tramitó la solicitud al ministerio para la declaración BIC pero no ha habido respuesta alguna “salvo que están en ello”, lamenta el edil visontino.

Si la estructura se cae, advierte Juan Ramón Soria, “ya no se podrá restaurar, habrá que volverlo a construir y la actuación será mucho más costosa”.

Los vecinos y el consistorio no han perdido la esperanza pero viven con cierta “desesperación” que el tiempo corre y va en detrimento de la estructura. Si finalmente se logra la consideración de BIC, el propio ayuntamiento de la mano de la CHD solicitará que se acceda a las líneas de subvenciones que permitan consolidar el puente romano.

El alcalde visontino sueña que el puente pudiera recuperarse “para poder transitar por él cuando el embalse está bajo, cómo hemos hecho todos los vecinos cuando éramos jóvenes".

Para que ese sueño se cumpla sería necesario que finalmente se logre la declaración BIC y se elabore un proyecto de actuación, bien para rehabilitar el puente en su ubicación actual lo que supondría realizar arreglos cada cierto tiempo por el impacto del agua en la estructura, o bien trasladar el puente a la parte alta del pueblo.

La inversión podría oscilar entre medio millón de euros si hablamos de una pequeña intervención, dos millones de euros si se aborda su restauración al completo o incluso 5 millones si se plantea el traslado.

Sin duda estamos ante un tesoro escondido la mayor parte del tiempo, que guarda entre sus piedras casi 2.000 años de historia y que se deteriora por momentos sobretodo en este año de lluvias intensas, deshielo y con un embalse a rebosar que supera el 86 por ciento de su capacidad.