Crónicas Perplejas: “El ángel de la guarda es el que alivia las tristezas terribles”

En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus ‘Crónicas Perplejas’.

A veces, los ángeles de la guarda son criaturas sutiles. No usan su poder con estruendo, sino que lo deslizan con suavidad entre los pliegues de nuestra existencia. A veces, un detalle minúsculo es lo que nos une al mundo. Y nos basta con una pequeña decisión, con una palabra de ánimo que sólo se murmura, con un abrazo inesperado. ¿No es eso lo que nos salva la vida muchas veces?

Hay días y días. Hay tristezas que se instalan en casa y tardan en irse. Y hay felicidades tan breves que parecen no haber sucedido. Pero aquí estamos, aferrados a la respiración y a los afectos. Aquí estamos con valentía y entusiasmo, año a año, decepción tras decepción, acumulando ilusiones nuevas.

¿No es un ángel de la guarda el que mantiene un perfecto equilibrio en nuestra vida? El que cuando el tiempo nos trata mal, aporta una medida exacta de felicidad para contrarrestar el daño, para que no perdamos la esperanza. El que batalla contra las tinieblas cotidianas. El que te trajo un amor tardío e imprevisible. El que puso en tus brazos un hijo tras la espera. El que te hizo sonreír de repente cuando recordaste aquellas tardes que pasabas con tu padre, al que tanto echas de menos.

¿No es un ángel de la guarda el que mantiene igualada la balanza de nuestras existencias? El que alivia las tristezas terribles. El que abre la ventana para que entre la luz que a veces niegas. ¿No es un ángel de la guarda el que airea las habitaciones y airea tu corazón y llena la casa de certezas y espanta las sombras y te salva la vida, con sus manos primorosas? Con su amor invisible. Regalándote una vida eternamente bella.

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