El 84% de los abusadores son conocidos y casi la mitad están en el ámbito familiar

La prevención, el mejor tratamiento contra los abusos sexuales a menores

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La prevención, el mejor tratamiento contra los abusos sexuales a menores

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Nos detenemos en esta historia: “Juzgan a un profesor acusado de acosar y abusar sexualmente de una alumna de 12 años durante 3 cursos escolares” que sucedió en Málaga y que este martes llega a juicio

Todo comenzó en 2014. En este año, según las conclusiones iniciales presentadas por la Fiscalía, el procesado pidió permiso a los padres de los niños para poder crear un grupo de WatshApp, a través del cual, obtuvo los contactos de los alumnos de la clase de la que era tutor.

Y, así, comenzaron las conversaciones con la víctima. Primero relacionadas con el ámbito escolar y después se desvió al plano privado. El profesor, aprovechaba ratos libres de la niña, como los recreos, para mantener contactos cada vez más íntimos y estrechos, reservaba habitaciones de hoteles para así dar más “seriedad” a la relación y un largo etcétera.

Esto continuó hasta el año 2017. Es decir, 3 años aguantado abusos continuados. Pero no quedó ahí, durante ese tiempo este individuo también le decía a la niña cómo tenía que vestir y cómo maquillarse para aparentar más edad. Todo lo que hacía tenía que pasar por el filtro de este personaje.

Hasta el momento en el que la joven es consciente del daño que le estaba causando esta situación y decide romper cualquier tipo de contacto con él. El procesado, no aceptó esta decisión y comenzó a llamarle. No una ni dos ni 10 veces, se han contabilizado casi 3.000 llamadas entre octubre de 2016 y enero de 2018. Si hacemos las cuentas, nos salen 7 llamadas al día, durante año y medio. No le bastó con eso, sino que creó cuentas falsas en las redes sociales para hablar con sus amigos y hablar mal de la niña.

Cuando se registró su teléfono móvil había fotos de la niña de carácter sexual que le había enviado tras “una fuerte presión”, según, como decimos, el informe de la Fiscalía. Todo esto provocó en la chica alteraciones emocionales que le obligaron a pedir ayuda en la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de Málaga, donde empezaron a ser conscientes de lo que ocurría.

Lo peor de esta situación es que este es solo un caso más. Este mismo martes, tenemos otro juicio en La Audiencia Provincial de Madrid con un acusado de someter entre 2012 y 2018 a abusos sexuales a 24 niñas, algunas amigas de sus hijas o hijas de sus amigos. Las grababa y guardaba en vídeos que compartía en una red pedófila.

Según un informe de Save the Children, el 84% de los abusadores son conocidos y casi la mitad están en el ámbito familiar.

Este martes es noticia esa comisión que se quiere aprobar en el Congreso para investigar los abusos en el seno de la iglesia. Pero es un problema, por desgracia muy, muy extendido, que va mucho más allá. Un problema que habría que investigarlo en su conjunto si de verdad se quiere atajar.

En ‘Herrera en COPE’ hablamos de esta lacra que afecta a toda la sociedad, desde cuatro puntos de vista: qué secuelas psicológicas pueden sufrir los niños víctimas de abusos, cómo se pueden detectar estos casos, cómo es su tratamiento y qué otras acciones hay en estos momentos para ayudar a la víctimas, por ejemplo, desde la Iglesia Católica.

SECUELAS PSICOLÓGICAS

Todos los expertos que tratan con estos niños coinciden en una premisa: no a todos los niños les afecta por igual y depende de muchos factores, como nos dice la doctora en Psicología Celia Neva, “desde la duración de la victimización a la relación que la víctima tuviese con el agresor. En este caso, si se trata de un familiar, le afecta mucho más”.

Algunas de las secuelas psicológicas que dejan los abusos sexuales en niños son: “trastornos del sueño, del a alimentación y aceptación en todas las esferas de la vida del menor”. Y destaca la psicóloga que “cada niño es un mundo”.

DETECCIÓN

Según ese informe de Save the Children que hemos mencionado con anterioridad, el 85% de los casos de abusos sexuales no llegan a denunciarse, por lo que es fundamental la detección. En el caso de Málaga que se juzga este martes fue por una alteración de la víctima que se detectó en la unidad de Atención Psicológica a Menores. Pero también se puede detectar en una visita al pediatra, por ejemplo.

El doctor Francesc Ferrés, coordinador de las urgencias pediátricas del Hospital Son Espases en Baleares, nos explica que existen indicadores de que el menos esté sufriendo abusos “o bien porque el propio menor nos dice que ha sufrido abusos o algún familiar nos dice que el menor le ha contado que sufre abusos. O, cuando vienen a consulta nos damos cuenta de que lo que e ocurre al menor es compatible de haber sufrido abusos”.

Una vez detectado el problema, hay que notificar a las autoridades: servicios sociales, fiscalía de menores, hacer un parte judicial. Y la labor del pediatra sigue siendo fundamental en la investigación “haciendo un seguimiento de que este abuso no se repita, informando a la familia y haciendo un seguimiento de que los servicios sociales intervienen de manera efectiva”.

AYUDAS

Hoy día existen diversas asociaciones que prestan ayuda tanto a los niños que sufren abusos como a sus familiares. Como la Fundación Márgenes y Vínculos con la que colabora la psicóloga Celia, que señala la prevención como el mejor tratamiento existente contra estos abusos. Por eso, considera fundamental el trabajar en “desterrar esos mitos y creencias de que esto solo le ocurre a las niñas, o que le ocurre a los niños de ciertas clases sociales”, y advierte de que “hoy día, con las nuevas tecnologías cualquier niño puede ser víctima de violencia sexual y que el agresor puede estar muy cerca porque suelen ser de su entorno”.

Desde hace varios años, la Iglesia Católica en España ha intensificado sus esfuerzos para localizar todo tipo de abusos, actuar en consecuencia y tratar de reparar a las víctimas. Actualmente, todas las diócesis de España tienen oficinas abiertas para recoger cualquier tipo de denuncia y se anima a acudir a la vía judicial si es necesario. Por toda España tenemos ejemplos de programas que ha puesto en marcha la iglesia para atajar esta situación. Uno de ellos se llama ‘Repara’, en la archidiócesis de Madrid. Este proyecto del arzobispado atendió a 103 víctimas de abusos en 2021. La idea para este año es organizar un congreso diocesano para profundizar en este tema, con la mirada de todas las víctimas que han sido atendidas por el proyecto ‘Repara’. Miguel García-Baró es coordinador de este proyecto que asegura que “es un empeño muy directo del Papa, que se abran oficinas en la que la figura de la víctima sea el centro”.

Otro de estos ejemplos lo encontramos en la archidiócesis de Valencia, donde el sacerdote Daniel Juan Tortosa, dirige la Oficina de Protección del Menor en la que cuentan “con un equipo especializado para acompañar a las víctimas a todos los niveles: psicológico, espiritual si fuera el caso, de asesoramiento jurídico y, por supuesto, la prevención”.

En total en España hay 70 oficinas como esta y, cualquiera que se sienta o conozca alguna situación que pudiera ser susceptible de abuso sexual, puede acudir sin problemas. Unos abusos sexuales que, como vemos, afectan a toda la sociedad, no solo a una parte, y no se puede diferenciar entre unas víctimas y otras. Todas lo son de esta lacra social.

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