
El sufrimiento de una refugiada ucraniana que huye de la guerra: "Lloraba cada día, nadie podía protegerme"
Hanna lleva un año y medio en Santander, tras dejar a su familia en Ucrania. Ahora está mejor; pretende visitarles "cuando pueda porque les quiero mucho", y tiene pensado construir su futuro aquí: "Estoy buscando trabajo y mejorando con el idioma. Me gusta Cantabria, es preciosa"