¿Por qué podemos despertarnos de la anestesia durante una operación en el quirófano?

En COPE.es analizamos este fenómeno que se produce en extrañas ocasiones

¿Por qué podemos despertarnos de la anestesia durante una operación en el quirófano?

Álvaro Rubio Martín

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Despertarnos durante una operación en el quirófano es uno de los miedos que tenemos presentes a la hora de enfrentarnos a una intervención quirúrgica. ¿Podré despertarme porque el efecto de la anestesia no sea tan potente? En COPE.es también nos lo hemos preguntado y hemos acudido a un anestesiólogo para que nos explique si es posible que se produzcan este tipo de fenómenos.

Francisco Javier Martínez Aguayo, anastesiólogo, asegura que esto es algo muy excepcional, y puede ser “porque la anestesia no sea la adecuada para el paciente. Esto puede suceder durante una cesárea, por ejemplo, en cirugías urgente donde no hay tiempo para preparar bien la anestesia”.

También puede darse la situación de que el paciente metabolice más de lo normal la anestesia. La anestesia normalmente se metaboliza en el hígado y hay pacientes que toman drogas, fuman y toman otros medicamentos que producen en el hígado un mayor metabolismo. “Los pacientes deben ser sinceros con el anestesista y cuenten todo lo que toman”, recomienda el anestesiólogo.

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¿Podemos sentir algo durante la operación? No es algo normal, pero si nos despertamos durante la anestesia podemos oír algo porque la anestesia se vuelve más superficial. Pero es muy difícil sentir dolor durante esa operación. Aquí puede intervenir la memoria explícita o implícita. “Esto pertenece a los típicos miedos a la anestesia. Hay quien tiene miedo a despertarse, y quien tiene miedo a no despertarse. Es más peligroso desplazarse hasta el hospital que sufrir algo durante la anestesia”, destaca en COPE Francisco Javier Martínez Aguayo.

EL CASO DE DONNA PENNER

El caso de una mujer canadiense llamada Donna Penner es sobrecogedor. En 2008, cuando tenía 44 años, tuvo que someterse a una operación exploratoria para detectar una posible enfermedad. A priori la intervención parecía muy simple. La anestesiaron y se fue quedando dormida. Todo parecía ir bien. Pero aún así, Donna estaba nerviosa y comenzó a sentir: “Estuve despierta y totalmente alerta durante todo el procedimiento, durante todo ese dolor y todo... fue simplemente... horrible”.

La mujer estaba despierta pero no podía moverse debido a la anestesia. Donna aseguró en una entrevista tras su intervención que ella escuchaba lo que decían los cirujanos durante la operación: “Les oí decir, bisturí, por favor. Podía sentir como metían los instrumentos en mi abdomen, podía sentir como movían mis órganos mientras me exploraban. El dolor era indescriptible”.

La canadiense trató de hacer señales a los cirujanos. La anestesia no la durmió pero sí consiguió paralizarla. Intentó moverse y consiguió mover el tubo de respiración con la lengua. Pensaron que el tubo no estaba haciendo efecto y lo retiraron, fue entonces cuando sintió lo peor: “Cuando más me dolía yo... pensé adiós, familia".

La respiración se complicó y los médicos intentaron que respirara por sí sola, pero ella no podía hacer nada. Finalmente consiguieron que la mujer volviera en sí y Donna pudo contar esta historia y denunciar su experiencia.

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