Para la portavoz de Stop Accidentes, "lo de Castelar no fue un accidente, fue un asesinato"

“Circular a más de 100 km/h por las calles de una ciudad es tener todas las cartas de la baraja para terminar con la vida de alguien. Eso no es un accidente, es un asesinato”

Lo dice Maribel Fernández, portavoz de la plataforma Stop Accidentes en Cantabria, a cuyo hijo también mató una conductora que se dio a la fuga tras el accidente y se defendió diciendo que “no había visto al niño”.

Recuerda Fernández como, cuando ella perdió a su hijo en aquel accidente, los jueces no llegaban a imponer penas de cárcel a los causantes de los mismos.

Ahora, dice la portavoz de esta plataforma, las penas distan mucho de ser reparadoras para las familias que pierden a un miembro en situaciones como la ocurrida en el accidente de Castelar.

“Al dolor de la pérdida se suma el dolor de una condena que no ven como justa, que no repara nada”, dice Fernández con rabia.

A Maribel Fernández, cada vez que conoce la imposición de una pena tras un accidente mortal, se le vienen a la cabeza las palabras que una ocasión le dijo una jueza durante unas jornadas con víctimas de accidentes de tráfico: “Ya no podemos hacer nada por los muertos, nosotros tenemos que mirar por los vivos”.

CINCO Y CUATRO AÑOS DE CÁRCEL

La Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a cinco y a cuatro años de prisión a los dos conductores implicados en el accidente mortal de la calle Castelar de Santander en el que murió un joven motorista. A Brian Barroso, como autor material, ya que fue el que colisionó contra la moto, y a Adrián Bedia, como cooperador necesario, pues ambos conducían por el centro de la capital a gran velocidad cuando mantenían una carrera o pique.

El jurado popular, ya declaró por unanimidad culpables a ambos conductores. A ese fallo se ajusta la sentencia notificada este martes, que les condena por varios delitos contra la seguridad vial y homicidio imprudente, al primero de ellos con la agravante de reincidencia.

Además, ambos tendrán que indemnizar a los familiares en cerca de 350.000 euros. Al principal procesado, Brian Barroso, cuyo Audi negro colisionó contra la moto, se le impone además una multa de casi 6.000 euros; y al segundo involucrado, Adrián Bedia, que iba en un Golf rojo, otra sanción de más de 4.000 euros.

Igualmente, se les ha prohibido conducir vehículos a motor durante diez y ocho años, respectivamente, lo que en la práctica implica la pérdida de vigencia del carné.