Un joven italiano supera los 100 kilos con quince años y, casi una década después, la vida le tiene preparada esta sorpresa: "Fracasado"

Ayer domingo, me encontré con un titular que decía “Olly gana Sanremo, el jugador de rugby fracasado que se convirtió en un fenómeno inesperado”.

Fracasado.

Olly tiene 23 años, se llama en realidad Federico Olivieri, y es de Génova. Es hijo de un abogado y una magistrada y ha estudiado económicas. Pero le gustaba cantar. Y vaya que si canta. De hecho se dedica a ellos profesionalmente y con éxito. Tiene toda su gira de 2025 vendida, no hay entradas.

Fracasado.

Con quince años jugaba al rugby y pesaba 111 kilos. Con ese peso, ideal para practicar ese deporte, no se encontraba a gusto con su cuerpo y pasó algunas dificultades con la edad y su físico. Hasta que encontró su camino.

Así que no le gustaba su cuerpo. Igual por eso el titular decía “fracasado”.

Pero Olly se empeña en no serlo. Y no lo es. Ha ganado Sanremo y ahora tiene la oportunidad de representar a su país en Eurovisión. Eso si quiere, porque puede elegir, según las normas de la organización.

Ha ganado y puede elegir. Fracasado.

Qué cosas.

A ver si empezamos a mirarnos lo del fracaso y cómo lo usamos. Porque tropezar no es fracasar, ni cambiar, ni girar, ni virar.

Es vivir.

Si eso es fracasar, estamos todos en ello, ¿no?

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Hay otro gran protagonista, también joven como en la historia anterior, que da una gran lección y que nos descubría María José Navarro en 'Herrera en COPE'.

Cuando uno tiene una vocación, es muy difícil que le llegue tarde. Estas cosas le tiran a uno desde jovencito. Igual alguno de Vds lo sabe en primera persona, ¿no?

Samuel acaba de cumplir 17 años, pero desde los 14 ya sabía que su vocación era la peluquería. Empezó cortándose él mismo el pelo para ahorrarse un dinero, pero, le fue pillando el punto y el gusto.

A Samuel Carballares se le puede ver de vez en cuando en la Calle Preciados de Madrid, una zona comercial donde siempre hay mucha gente y donde también hay bastantes sin techo. Y Samu se acerca y les pregunta a esas personas, a las que viven en la calle, si quieren que les adecente.

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Desde Arganda, donde vive, Samuel se acerca al centro de Madrid. A veces lleva un taburete, pero le vale un banco de la vía pública para abrir su barbería gratuita. A sus especiales clientes, les coloca una capa sobre los hombros y saca su maquinilla.