En 'Herrera en COPE'
Los ciclistas asturianos exigen sanciones por los sabotajes
José Antonio Díaz Soto, presidente de la Federación de Ciclismo de Asturias asegura que "hay dueños de fincas y prados a los que les molesta que los ciclistas pasen por sendas que son públicas".
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los ciclistas asturianos están indignados por los continuos sabotajes que sufren en las carreteras del Principado. El último ha ocurrido en la N-634 entre las localidades de El Berrón y Colloto y en el Alto de la Madera. Medio centenar de ciclistas sufrieron pinchazos en las ruedas de sus bicicletas por clavos y chinchetas en las carreteras, "en un tramo de 6 kilómetros las máquinas de limpieza sacaron más de 5.000 chinchetas", recuerda José Antonio Díaz Soto, presidente de la Federación de Ciclismo de Asturias.
Pero no solo encuentran clavos o chinchetas, hay todo tipo de trampas, "depende de por donde se esté rodando, hay tablas en los montes y prados, hay cables atravesando el camino a la altura del cuello del ciclista y son alambres finos que no los ves. Hay gente que tienen prados, fincas y aunque los ciclistas pasamos por sendas por las que pasan todo el mundo, hay gente que cree que son suyas y ponen trampas a los ciclistas" explica en 'Herrera en COPE' el Presidente de la Federación de Ciclismo de Asturias.
Los colectivos ciclistas del Principado califican la situación de "muy grave".
Uno de los ciclisas afectados por esos sabotajes es Pablo González del Club Deportivo Astur Colloto BTT, "salimos a las 9 de la mañana de Oviedo por la N-634 y cuando llegamos al tramo de Granda a Pola de Siero el arcén estaba lleno de chinchetas y nos encontramos con 15- 20 ciclistas todos parados, habían pinchado. Nosotros también pinchamos, llamamos a la Policía para que tomara nota de lo que pasaba. Habían regado de chcinchetas el arcén, teníamos que ir por la carretera con la molestia que se genera a los conductores. No pasó nada, pero pudo pasar".
Recuerdan los colectivos de ciclistas que estas acciones pueden cobrarse muchas vidas.